Headbanger Motor Company nace para hacer realidad un sueño juvenil: el de construir motos custom con el encanto de la gran tradición americana. Motos simples e “ignorantes” (sin software, sin electrónica, sin inyección), 100 % street legal y con homologación Euro 3.
Todo comienza muchos años atrás, durante un viaje en moto en los Estados Unidos, pasando por Westwood (Los Ángeles, California), donde tiene su sede la UCLA, una de las más importantes universidades americanas. En una librería descubro una vieja copia de Life dedicada al mayor evento de los años sesenta: el festival de Woodstock. La abro, la hojeo y, entre sus páginas con fotos y narraciones de los míticos eventos de aquel lejano 1969 en Bethel, Nueva York, encuentro una hoja amarillenta que narra una historia. El boceto de una moto, algunas palabras garabateadas, el dibujo de una calavera; nombres de grupos y cantantes; millas por recorrer y una palabra, una expresión hija de aquellos tiempos, creada por un periodista después de asistir al primer concierto de Led Zeppelin en los Estados Unidos, tal vez para ridiculizar el comportamiento de los jóvenes espectadores, que sacudían la cabeza al ritmo de la música: Headbanger.
A veces, una palabra vibra y narra más que un libro de cien páginas. Headbanger habla de un incontaminado sueño de libertad, lleva el eco de un solo de guitarra eléctrica, huele a cuero viejo, a gasolina quemada. Comprendo que este viejo papel es un mensaje del pasado; imagino que representa el sueño de tres jóvenes sonrientes, con pelo largo y una cerveza en la mano. ¿Dónde estarán hoy? ¿Qué habrán hecho estos tres amigos desconocidos? Quiero creer que pudieron realizar sus sueños de motos y aventura.
Y me siento igual a ellos: yo también tenía un sueño. Decido entonces dar vida a esta palabra. El encuentro con Luciano Andreoli ―para todos, “el Maestro”― le da cuerpo y motor.
Headbanger Motor Company es hoy una empresa consolidada, con su sede en Milán y su planta de producción en Rovato (Brescia), que produce una gama de modelos estrictamente custom y realizados por manos expertas en forma rigurosamente artesanal, conjugando lo mejor de los motores V-Twin americanos con la calidad, el estilo y el gusto made in Italy.
En Brera, el tradicional barrio de las artes y oficios situado en pleno centro de Milán, en un patio de Via Laura Solera Mantegazza número 7, tiene su sede el Showroom Headbanger, que ya se ha convertido en un punto de referencia para los motociclistas apasionados y para los amantes del buen gusto.
Headbanger, motos old school, “ignorantes“ e “inocentes”: un sueño que se hace realidad, a disposición de quienes saben elegir siguiendo a su corazón.
GS “The Soul”
Todo comienza muchos años atrás, durante un viaje en moto en los Estados Unidos, pasando por Westwood (Los Ángeles, California), donde tiene su sede la UCLA, una de las más importantes universidades americanas. En una librería descubro una vieja copia de Life dedicada al mayor evento de los años sesenta: el festival de Woodstock. La abro, la hojeo y, entre sus páginas con fotos y narraciones de los míticos eventos de aquel lejano 1969 en Bethel, Nueva York, encuentro una hoja amarillenta que narra una historia. El boceto de una moto, algunas palabras garabateadas, el dibujo de una calavera; nombres de grupos y cantantes; millas por recorrer y una palabra, una expresión hija de aquellos tiempos, creada por un periodista después de asistir al primer concierto de Led Zeppelin en los Estados Unidos, tal vez para ridiculizar el comportamiento de los jóvenes espectadores, que sacudían la cabeza al ritmo de la música: Headbanger.
A veces, una palabra vibra y narra más que un libro de cien páginas. Headbanger habla de un incontaminado sueño de libertad, lleva el eco de un solo de guitarra eléctrica, huele a cuero viejo, a gasolina quemada. Comprendo que este viejo papel es un mensaje del pasado; imagino que representa el sueño de tres jóvenes sonrientes, con pelo largo y una cerveza en la mano. ¿Dónde estarán hoy? ¿Qué habrán hecho estos tres amigos desconocidos? Quiero creer que pudieron realizar sus sueños de motos y aventura.
Y me siento igual a ellos: yo también tenía un sueño. Decido entonces dar vida a esta palabra. El encuentro con Luciano Andreoli ―para todos, “el Maestro”― le da cuerpo y motor.
Headbanger Motor Company es hoy una empresa consolidada, con su sede en Milán y su planta de producción en Rovato (Brescia), que produce una gama de modelos estrictamente custom y realizados por manos expertas en forma rigurosamente artesanal, conjugando lo mejor de los motores V-Twin americanos con la calidad, el estilo y el gusto made in Italy.
En Brera, el tradicional barrio de las artes y oficios situado en pleno centro de Milán, en un patio de Via Laura Solera Mantegazza número 7, tiene su sede el Showroom Headbanger, que ya se ha convertido en un punto de referencia para los motociclistas apasionados y para los amantes del buen gusto.
Headbanger, motos old school, “ignorantes“ e “inocentes”: un sueño que se hace realidad, a disposición de quienes saben elegir siguiendo a su corazón.
GS “The Soul”